La Carta (de amor no)

 

(Este post forma parte de una versión ampliada de la carta que remitimos al pleno a través de Más Madrid. SomosChamberí se hizo eco de nuestra participación y podéis ver su artículo en este enlace).

Septiembre podría calificarse sin duda como un mes caótico para muchos de nosotros, si no fuera porque el caos viene estando instaurado en nuestro día a día desde marzo con el inicio “oficial” de toda esta locura, lo que ha convertido a septiembre no en un evento aislado, sino en el mes de la confirmación: la confirmación de que existe un abismo aparentemente insalvable entre la política y la realidad.

Después de aquel final maratoniano del último trimestre del curso 2019/2020, donde había aplausos para sanitarios (que luego descubrimos que eran aplausos de ánimo para uno mismo) y se agradecía el comportamiento ejemplar de los niños (que habían sido vilmente ninguneados), donde la jornada laboral de los docentes se convirtió en un seven-eleven de los de antes y las familias tuvieron que compaginar la teledocencia con el teletrabajo con medios insuficientes y flexibilidades laborales cuestionables… después de todo aquello, allá por junio, nos sentamos exhaustos suspirando y dijimos: bueno, ahora habrá que ponerse a ver cómo lo hacen para el curso que viene.

Pero resulta que no, que eso de planificar no está en la agenda de las instituciones, y más en época estival.

Así que ahí estábamos en el comienzo del verano familias, comunidad educativa, los sanitarios… todo el mundo pendiente, avisando, pensando opciones… dispuestos a arrimar el hombro para salir adelante…

Y enfrente, el silencio.

Mientras los equipos directivos intentaban organizar sus centros con los medios de que disponían a partir de unas instrucciones que de tan ambiguas resultaban contraproducentes, fue por aquella época que las AMPAs de Chamberí, de la mano del AMPA del Asunción Rincón, empezamos a contactar entre nosotras para intentar un camino, para intentar aportar, poniendo en común las problemáticas de cada centro, pensando en opciones en las que las AMPAs pudiéramos participar.

Gracias a la ayuda del grupo Más Madrid, que fue la única formación política que se puso en contacto con nosotros para tendernos la mano, surgió la oportunidad de intentar intervenir en el pleno para buscar respuestas a tanta icertidumbre, a tanto silencio.

Así pues, decidimos plantearnos cuáles eran las cuestiones más críticas que necesitaban de atención en lo relativo al inicio del curso para presentarlas en el pleno del día 16 de septiembre.

Aquello fue una batalla en sí misma, ya que la sede electrónica del Ayuntamiento es de todo menos intuitiva (y sus sistemas de autenticación distan un poco de ser accesibles) pero solventado esto en la mayoría de los casos (algún AMPA se quedó sin poder presentar su escrito) enviamos varias preguntas al Pleno para ver qué estaba haciendo el distrito al respecto.

Lo que ocurrió a continuación, les sorprenderá… o no. Fueron todas inadmitidas.

Seamos justos, con la normativa en la mano están correctamente inadmitidas (parece ser que no podíamos presentar preguntas, sino propuestas, y que las preguntas había que presentarlas con 10 días hábiles de antelación, cosa que era imposible hacer porque la convocatoria fue posterior a ese margen). Pero más allá de la normativa, nuestra intención era plantear unas problemáticas reales, tangibles, y que preocupaban a las familias de Chamberí. Inadmitirlas era más una cuestión de falta de voluntad de diálogo más que de respeto escrupuloso por la normativa.

En este punto no podemos dejar pasar el detalle en el que no se nos notificó la inadmisión de las preguntas convenientemente sino que sólo después de preguntar nosotros varios días después se nos indicó la razón de que no aparecieran en el orden del día.

Pero bueno, no todo van a ser muros sobre los que darse de cabezazos (aunque lo parece).

De nuevo volvimos a encontrarnos a la misma única mano tendida de la vez anterior (y mira que nosotros pretendíamos actuar de forma totalmente diferenciada de ninguna formación política, pero parece que la neutralidad está sobrevalorada). Lo adivinan, supongo: Más Madrid decidió cedernos parte de su tiempo en el pleno para leer un comunicado de nuestra parte.

Y como el título de aquella película de los 90: Límite 48 horas.

Disponíamos de 3 minutos para enviar un mensaje al pleno, al barrio y a las instituciones, siquiera como un primer paso para dar visibilidad a toda esta sinrazón, así que tuvimos que redactar un nuevo comunicado sintetizando lo más posible todo aquello que queríamos plantear, dejándonos muchas cosas en el tintero, como era de esperar.

Ésta fue la carta que llevamos al Pleno de la mano de Más Madrid.


“El comienzo del curso no es algo que nos pueda pillar desprevenidos después de haber salvado los muebles con el confinamiento y la teledocencia. Desde hace meses las familias y la comunidad educativa venimos demandando medidas claras que permitieran una vuelta segura y de calidad al colegio: para nuestros hijos y los docentes.

Y sin embargo nos encontramos con que han aplicado la dinámica del mal estudiante, que a última hora y de mala manera intenta cubrir el expediente encomendándose a la suerte y al esfuerzo de otros.

La “vuelta al cole” presencial es un valor irrenunciable, tanto desde el punto de vista de la garantía del derecho a la educación como por lo estrechamente ligada que está al desarrollo de nuestros hijos e hijas. Y sin embargo, este objetivo aparentemente “prioritario” e “irrenunciable” para todos se ha visto caracterizado por una única palabra: Desamparo.

Desamparo de los centros, que no han tenido ni tienen una vía de comunicación ágil con quienes tiene la autoridad para tomar decisiones, y que en lugar de tender la mano no han hecho más que poner trabas o tratar con indiferencia el esfuerzo que han hecho realizando lo imposible con sus ajustados recursos.

Desamparo de las familias, que perciben promesas vacías que no llegan a plasmarse o que llegan a destiempo y mal aplicadas.

Y sobre todo, y una vez más, Desamparo de los niños, a los que todo el mundo agradece su comportamiento ejemplar, pero que luego se vuelven invisibles para quienes deberían ser garantes de su educación y su salud física y emocional.

El Ayuntamiento de Madrid ha demostrando en esta crisis una mesura, un pragmatismo y una empatía poco común hoy en día. Con esos antedecentes las AMPAS del Asunción Rincón, Fernando el Católico, Claudio Moyano, San Cristóbal, Rufino Blanco y Decroly nos preguntamos: ¿por qué ese espíritu no parece haber calado hasta este distrito?

¿Por qué la educación de nuestros hijos, y la salud de éstos, de sus familias y de los docentes, ha acabado tan lejos en la lista de prioridades?

No hay noticia de refuerzos de personal de limpieza de los centros ni de los monitores de comedor, servicios que actualmente están desbordados

No se han ofrecido los múltiples recursos de la ciudad para fomentar actividades lectivas en espacios abiertos ¿Qué fue de la lista de espacios públicos que nuestro alcalde solicitó a los distritos con este fin?

Se han acometido todas las medidas necesarias para ayudar a la hostelería facilitando la implantación de terrazas en espacios públicos cediendo incluso plazas de aparcamiento de residentes y sin embargo no se ha tomado ninguna medida en este sentido para descongestionar las entradas escalonadas de los centros o los patios saturados en los recreos.

¿Por qué Chamberí se queda atrás pudiendo ir más lejos?

¿Y por qué sólo nos hemos encontrado con impedimentos a la hora de comunicar con esta Junta? Nuestra voluntad era construir juntos, pero la suya parece la de jugar al solitario salvo por parte de los concejales de Más Madrid sin cuya mano tendida estas palabras no habrían llegado a este pleno.

No miren para otro lado. La falta de competencias no puede ni debe ser su leit motif, sino el de la Voluntad de Conseguir.

No necesitamos promesas, sino soluciones ágiles, concretas y consensuadas y hasta obtenerlo las AMPAs de este distrito seguiremos trabajando e insistiendo en que se atiendan estas demandas.”


Nos cuentan que la carta no tuvo muy buena acogida por parte del Concejal Presidente, ya que, según él, lo que vivimos en el día a día de nuestros colegios lo hemos debido soñar, los refuerzos de limpieza están trabajando a destajo en un plano de existencia que no percibimos y hay espacios y personal más que de sobra para llevar a cabo todo lo necesario.

Se conoce que la Junta eligió la pastilla azul de Matrix y nosotros la roja (y la elección de colores no va con segundas).

Pero nosotras no estamos aquí para hacer amigos, sino para contribuir a arreglar las cosas. Ante el silencio o la inacción de aquellos que deberían estar trabajando por la comunidad, las familias, docentes y vecinos tenemos que arrimar el hombro (ése que tanto dicen que arrimemos mientras ellos miran para otro lado y se hacen los locos).

Sabemos que estamos en una situación difícil, que los recursos son limitados, que no hay soluciones perfectas… pero necesitamos sentido común, necesitamos acciones concretas y no promesas irreales, necesitamos que se empiece a pensar más en los niños y en su bienestar y menos en cortinas de humo.

Necesitamos que la clase política trabaje, pero que trabaje de verdad, y si no lo hacen ellos con transparencia, eficacia y honestidad, tendremos que ser los ciudadanos los que hagamos aquello que ellos deberían haber hecho desde hace meses.

Y entonces, nos preguntamos, ¿para qué están ahí?


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