Preámbulo y referencia bibliográfica que acompañó a la propuesta al Pleno

  “Dejad respirar a los coles: Proposición por la que se solicita a la JMD Chamberí la implantación de un plan de mejora de salubridad del aire en los entornos de docencia”

 Preámbulo

 En el ámbito de la pandemia que estamos viviendo, aun cuando el método científico sigue dejando margen (como no podía ser de otra forma por otro lado) para un buen número de incógnitas que despejar, ha quedado sobradamente establecida la importancia de la calidad de los entornos donde se desarrollan las actividades: en dimensiones, en distribución, en funcionamiento…

 

Una vez superada la “barrera de los dos metros”, una vez que el uso de mascarillas ha dejado de ser un tema cuestionado y cuestionable, y una vez el contacto se asume como algo que debemos limitar al máximo… no podemos dejar de volver la vista hacia el asunto no menos importante de plantearse, con mascarilla o sin ella: ¿qué están respirando nuestros hijos e hijas y nuestros docentes en los centros educativos?

 

Existe un absoluto consenso científico sobre los efectos perniciosos de la contaminación del aire en la salud de los niños y niñas en edad escolar. Se ha demostrado, además, tanto la influencia de la contaminación del aire en la aparición de enfermedades respiratorias [1,2] como sus consecuencias en el desarrollo cognitivo de los menores [3].

 

Asimismo, se ha demostrado que estos efectos son mayores en niños y niñas que pasan muchas horas en lugares cercanos a vías con tráfico elevado [4], como es el caso de muchos colegios de este distrito.

 

Todo esto refuerza la importancia de introducir ventilación filtrada en las las aulas para mejorar la calidad del aire con respecto al exterior y el desarrollo de las actividades en espacios abiertos, a ser posible no situados en estrecha cercanía de vías muy transitadas por vehículos motorizados.

 

Y sin embargo, como venimos tratando desde antes de principios de curso, nos encontramos con que esos espacios que el Ayuntamiento iba a ceder a los centros han desaparecido antes de aparecer y, de hacerlo, lo hacen con una letra pequeña que los hace inviables para los centros y para las familias.

 

Al mismo tiempo nos encontramos con centros cercanos a vías con un tránsito de vehículos muy elevado, que sumado a las previsibles condiciones climatológicas nos hacen plantearnos hasta qué punto se puede mantener debidamente ventilada un aula durante la jornada escolar, máxime cuando ventilar supone, en dichas ocasiones, el incremento del ruido del exterior por no hablar de la contaminación proveniente de los vehículos.

 

Y a estas alturas no creo que nadie piense que esto pueda tratarse de un hecho puntual, porque de nuevo advertimos que será algo que se dará durante todo el curso, condiciones climatológicas adversas (que también suman) o no.

Referencias:

1. Saric Marko et al. Effects of Urban Air Pollution on School-Age Children. Arch. Environ. Health Int. J. 36, 101–108 (1981).

2. McConnell Rob et al. Childhood Incident Asthma and Traffic-Related Air Pollution at Home and School. Environ. Health Perspect. 118, 1021–1026 (2010).

3. Sunyer, J. et al. Association between Traffic-Related Air Pollution in Schools and Cognitive Development in Primary School Children: A Prospective Cohort Study. PLOS Med. 12, e1001792 (2015).

4. Van Roosbroeck, S. et al. Long-term personal exposure to traffic-related air pollution among school children, a validation study. Sci. Total Environ. 368, 565–573 (2006).

5. Heuer, J. F., Crozier, T. A., Howard, G. & Quintel, M. Can breathing circuit filters help prevent the spread of influenza A (H1N1) virus from intubated patients? GMS Hyg. Infect. Control 8, (2013).

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