¿No sin mi cole? ¿Cómo que no sin mi cole?
El mes de noviembre ha sido sin duda un mes intenso para la LOMLOE. En plena batalla de confinamientos, desconfinamientos, medidores de CO2 fantasmas y ¡quietos todos con los purificadores! nos hemos encontrado con una estupenda campaña de desinformación dirigida a ir contra la nueva ley. Lo fascinante del asunto es, sin embargo, que con todas las pegas que puede tener hay alguien a quien le ha parecido mucho más interesante inventarse lo que dice la ley para dirigir una campaña de protesta súper mediática. ¿Pero qué sentido tiene quejarse de gigantes cuando hay molinos de viento? En primer lugar, cabe recordar que antes de quejarse habría que leerse lo que pone la ley, y una vez hecho eso poder opinar en consecuencia. Lanzarse a la guerra con fe ciega depositada en una panda de mentirosos interesados es, cuando menos, buscar ser candidato al ridículo. Pero por si no fuera suficiente que un montón de ciudadanos de a pie marchan engañados por lecturas interesadas de la ley (que, re...