¡Qué bonita la nieve! #ComoEstaElPatio

 ¡Hola a tod@s y bienvenid@s a este 2021 tan Filomenal!

Esperamos que, dentro de lo que cabe con confinamientos, allegados o no allegados y celebraciones confusas varias estéis bien.

Y de pronto, cuando terminan las vacaciones y se acerca el comienzo de las clases... ¡PUF! ¡Ha venido Filomena!

Y cómo ha venido Filomena. Mira que los meteorólogos avisaban, pero hasta ellos mismos se han sorprendido de la magnitud del asunto.

Los más sorprendidos, no obstante, parecen ser nuestros dirigentes, porque hay una diferencia entre superar las expectativas (meteorólogos) y superar cuando no esperas nada de nada (gestores del asunto).

Total, que nos ha caído la mundial y los que tienen que estar ahí pendientes estaban más o menos a por uvas pero con una semana de retraso, demostrando que para ellos el concepto previsión va acompañado de la expresión "la justita y sin gastar mucho porfa".

Vale, venga, nos ha caído, nos han confinado a lo bestia con COVID o sin él, los coches atrapados por doquier... ¿y cuál fue la primera medida antes del fin de semana?

¡Poner la calefacción en los colegios!

(Porque aquí nadie se aparta ni falta a ninguna parte, y si no pita no pasa)

(Salvo que seas Isabel Díaz Ayuso, que ahí sí puedes faltar o llegar tarde)

Venga, después de la fascinante solución de la calefacción, planteémonos lo siguiente: ¿me estás diciendo en serio que el resto de inviernos no se pone la calefacción ni una puñetera vez antes de que l@s niñ@s vuelvan al cole?

Y entonces llega la nevada, se lía la mundial, y no hay quien se mueva.

¡Pero no pasa nada! ¡En dos días está esto resuelto! Así que dos días sin cole y a correr. Y teleenseñanza, eso por descontado.

Primero: ¿no hay ningún técnico que pueda decirle a nuestra presi que esta movida no es una cuestión de dos días?

Hablamos de nieve, de hielo, de temperaturas bajo cero por la noche, de posibles daños en los edificios que habrá que valorar y reparar... 

Pero como decíamos, aquí es una cuestión de fardar de normalidad y agilidad en las soluciones, cuando los únicos que se organizan son los ciudadanos por su cuenta.

Al menos nuestro alcalde tuvo el sentido común de decir que más bien una semana si eso, y poco a poco los quitanieves van circulando, aunque el tema del reparto de Sal se nos está quedando en un "Necesita mejorar".

Pero como hemos dicho muchas veces, los problemas globales no pueden tener soluciones tan específicas y de cara a la galería.

La tele-enseñanza requiere planificación y recursos. Aunque cada cole planifique su tele-enseñanza, las familias necesitan tiempo, flexibilidad y recursos tecnológicos. Recordemos que no todo el mundo tiene cuatro ordenadores para usar simultáneamente en casa, ni mucho menos que todos los niñ@s de todas las edades son capaces de desenvolverse solos.

¿Hay refuerzo en esos recursos? ¿Hay un plan unificado de creación de recursos formativos para teledocencia? ¿Hay algo?

Lo que hay depende de la buena voluntad de profesores y familias, porque la infraestructura existente, que hoy mismo se ha caído varias veces, no es que ayude mucho.

Pero supongamos, que es mucho suponer, que la tele-educación está cubierta. 

¿Qué rayos hacemos los adultos? ¿Qué hacemos con un teletrabajo que sigue persistiendo como un favor que se nos hace en vez de como la alternativa indispensable hasta que todo esté normalizado DE VERDAD?

¿Y qué pasa con todos esos trabajadores esenciales que tienen que ir a trabajar presencialmente? ¿Dónde dejan a los niños? ¿Qué medidas hay definidas con respecto a eso?

En todo sitio que se precie existen unas cosas que se llaman planes de emergencia para supuestos muy variados (incluyendo terremotos y cosas así aunque sean improbables).

Esos planes se definen, se aprueban con técnicos y se mantienen revisados y actualizados.

Lo que nos están demostrando nuestros gobernantes, crisis tras crisis, es que improvisan con una desidia equivalente a sus aptitudes para escurrir el bulto, y así no hay quien haga nada útil.

En fin, #ComoEstaElPatio, lleno de inútiles en la grada y con gente currando abajo.